El programa Erasmus+ 20/23 sobre el agua deja un caudal de valores en Salesianos

Escrito por Carlos Illán Ruiz - 21DEhoy agenCYA. 21 de junio de 2023 - MIÉRCOLES.

Profesores y alumnos del centro docente de Barriada de Hispanoamérica-Los Dolores resaltan los muy positivos efectos tanto en la adquisición de conocimientos como en el potenciamiento del uso del inglés, la implicación de las familias y en los vínculos surgidos entre personas de seis países diferentes (Chequia, Turquía, Rumanía, Grecia, Isla Reunión –Francia- y España).

Imagen de docentes y estudiantes entre los cipreses plantados dentro de una iniciativa del programa



‘(N)ever (S)top saving H20 for life: true water warriors in school’ es el título de la campaña en la que se ha enmarcado la experiencia que ha tenido Salesianos este curso en Erasmus+. Su traducción sería: ‘Nunca dejes de ahorrar agua: verdaderos guerreros del agua en la escuela’. Así nos lo indican Miguel Ángel Martínez Aguilar, coordinador de proyectos europeos de Salesianos; y Antonio Alejandro Martínez Nieto, responsable del proyecto Erasmus+ del centro en ESO y Bachillerato, en la conversación que mantienen con el periódico Cartagena de Hoy, a la que poco después se une Malú García Ros, quien forma parte de un equipo de docentes ejecutor de este proyecto que completan los educadores Ana María Martínez Martínez y José Martínez Zabala.   

El centro de enseñanza Juan Solé (Salesianos) se estrenó en 2015 en estos programas de intercambio internacional que financia la Unión Europea y que en España controla el ‘Servicio español para la Internacionalización de la Educación’ (SEPIE), perteneciente al Ministerio de Educación. El primero giraba en torno al acoso en el mundo escolar (‘Let’s stop bullying against SEN’s students), el segundo lo motivaba la igualdad de género en la escuela (Let’s say stop to gender discrimination in education) y el agua ha protagonizado el tercero de Secundaria, con un elenco de naciones formado por República Checa, Turquía, Rumanía, Grecia, Isla Reunión (Francia) y España. Se inició en 2020, pero comenzó la pandemia, por lo que fue prorrogado, siendo la fecha en que expira la del próximo 31 de agosto, con lo que es buen momento para hacer un balance “muy positivo”, proclaman los docentes.  



El programa, que implica a unos seiscientos alumnos de entre primer curso de la ESO y primero de Bachillerato, tiene tres líneas de actuación:

- Actividades locales con medios digitales en los que cada colegio genera un material que se divulga y comparte con el resto de socios europeos en plataformas digitales, como Etwinning y la web del proyecto.
- Formación de profesores y reuniones de trabajo en la sede de los socios galo y turco. “En esta fase se planifica el proyecto y el papel de cada socio, además de conocer nuevos sistemas educativos”, nos explican.
- Movilidades internacionales, que en el caso de Salesianos ha abarcado a 18 alumnos y 10 profesores, siendo los países de destino Grecia y República Checa, anulándose Rumanía por su proximidad al inicio de la guerra en Ucrania. Además, Cartagena fue anfitriona en marzo.


Nos centramos ahora en este último apunte, el de acogida, que se prolongó durante cinco días. “Se llevaron a cabo actividades del proyecto con salidas turísticas, todas relacionadas con el agua, como transformar humedad en agua o la recogida de pluviales, por poner unos ejemplos”, explican quienes fueron guías de un recorrido que hizo escalas en las salinas de San Pedro del Pinatar, en ‘Planeta Azul’ de Cabo de Palos, en el Mar Menor y en las norias de Alcantarilla y La Ñora, a los que se sumaron el Foro Romano y la visita al ARQUA para conocer los fondos y la arqueología marina. “Son actividades que reflejan el papel del agua en la naturaleza, su aprovechamiento, la concienciación…”, apuntan, añadiendo que también se llevó a cabo una plantación de cipreses en las instalaciones de Salesianos. Así mismo se plantearon situaciones relevantes por estos lares, como son la sequía, el agua de riego, el trasvase, la entrada de ramblas al Mar Menor, la actividad económica que gira en torno al agua… “Los visitantes nos preguntaron por qué hay tantas balsas de recogida de agua y tantos campos de golf. Les llamó mucho la atención”, apuntan.



Los estudiantes llegados de otras tierras se han alojado en casas de los estudiantes cartageneros, “y tanto los chavales como sus familias han estado encantados de participar, pues ha sido una experiencia muy positiva”, remarcan los profesores. Acoger y visitar. En torno a esta doble vertiente de la movilidad, los beneficios de Erasmus+ tienen muchos tentáculos, algunos transversales, como es, por ejemplo, mejorar el uso del idioma anglosajón, que es el punto de encuentro en las conversaciones. Otro beneficio sobrepasa el educativo. “pues surgen amistades”, indican, señalando que algunos de esos contactos se prolongan fuera del programa. “Tiene mucho valor juntar a personas de 6 países, pues derriba muchas barreras, como el idioma, los hábitos, la religión… y establece lazos de amistad”, resalta Miguel Ángel Martínez, “al segundo día de estar juntos parece que se conocen de siempre y al despedirse hemos llegado a ver llorar a algunos estudiantes”, añade Antonio Alejandro Martínez para reforzar lo que expone su compañero.

Lo bonito son los viajes, se dice, pero no sólo por el capítulo turístico, sino, especialmente, por la riqueza de lo que se descubre en otros países. El grupo de Salesianos estuvo en la griega Creta de clima mediterráneo y pudieron comprobar su buena gestión sobre el uso del agua, para después ir a Podëbrady, en la República Checa, “donde sobre agua de un río contaminado idearon un sistema para poder beberla”, indican los profesores. El otro desplazamiento fue al Océano Índico, en concreto, a la francesa Isla Reunión de clima tropical y donde no hay problema con el agua, “conociendo ahí cómo controlan la protección de la flora y fauna del río”, indican.



En la galería de fotos que acompaña a este artículo corresponden a la movilidad a Grecia (octubre de 2022) las primeras 9 imágenes, mientras que de la foto 10 a la 27 son en Cartagena (marzo de 2023) y de la estancia en Podebrady (abril de 2023) de la 28 a la 34. Las restantes corresponden a actividades llevadas a cabo en Salesianos en el programa 2020/23.

Hay quienes consideran Erasmus como ‘unas vacaciones encubiertas’. Los profesores de Salesianos responden al unísono y de forma tajante: “No, en absoluto. Su razón de ser educadora se consigue con creces, además de ser una experiencia de gran valor tanto para el conocimiento de cada uno como a nivel personal por esas químicas que se crean y la implicación de las familias de los estudiantes. Lo que se aprende en este programa es muy difícil de olvidar. Luego, en el terreno que nos afecta a los profesores, comenzamos buscando cómo conectar las actividades de Erasmus+ con las que tiene programadas el colegio, a lo que se une una importante labor de gestión antes y durante su desarrollo y, al final, un amplio trabajo de despacho para justificar ante el SEPIE todo  lo que hace y su impacto”, aseveran sobre una edición de Erasmus+ que, a partir del valor del agua, para Salesianos ha sido un caudal de valores que enriquecen la experiencia y el conocimiento adquirido.


LOS ESTUDIANTES

Todos hablan maravillas del efecto que ha tenido el programa Erasmus+ 2020/23 en Salesianos, pero, como es evidente, el punto de vista no es el mismo desde la docencia que como estudiantes. Por ello, este diario conversa con dos alumnos de primero de bachiller: Irene Munuera Martínez y Raúl Díaz del Olmo (o viceversa).

De la experiencia en Ágios Nikolaos (Creta) dicen que fue divertida, realzan el uso del inglés (“se convierte en parte de nosotros”) y les llamó la atención “que dentro de un mismo continente existan culturas tan distintas, pero a la vez problemas similares a los que tenemos los jóvenes de aquí”, apuntan. También resaltan cómo purifican para el cultivo un agua de un río que está marrón, el gran embalse de reciente construcción que conocieron y una antigua tubería de cerámica del segundo milenio antes de Cristo. “Hay que ver lo que ya se ingeniaba entonces”, expresan en su somero planteamiento del valor del programa ‘a domicilio’. Como anfitriones también resulta “muy gratificante”, afirman, reconociendo que al principio puede existir en algunas familias algo de recelo, pero que luego todo son satisfacciones. Por cierto, valgan algunas curiosidades como que a los estudiantes foráneos les encantaron las croquetas, los estofados y los churros con chocolate.

En el caso de Raúl e Irene ha existido una gran predisposición (online y presencial) a aportar en el programa desde el inicio, como informes o trabajos sobre objetivos sostenibles con el agua, por poner un ejemplo. Por cierto, y que refrenda ese interés, el chico llegó a componer interesantes poemas en inglés sobre el buen uso del agua. “Da pena que termine, ojalá se pueda repetir en nuestra etapa universitaria”. La frase de cierre lo resume todo.  


Guía de la galería de fotos según el número de orden por el que están:


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