"Nuestro huerto cultiva la convivencia y la diversidad de San Antón"

Escrito por Carlos Illán Ruiz - 21DEhoy agenCYA. 8 de febrero de 2022, MARTES.

La frase corresponde a la presidenta de la asociación cultural Baladre,  que gestiona desde octubre de 2020 el primer huerto urbano de iniciativa agroecológica y comunitaria que se puso en marcha en Cartagena y en el que trabajan de forma conjunta unos treinta vecinos ilusionados en mejorar su entorno urbano. "En este lugar plantamos convivencia, diversidad y emociones", expresa Juani Pila. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)    



La superficie del terreno es de unos tres mil cuatrocientos metros cuadrados, en los que es inmensa la riqueza de productos plantados: azafrán de pelo, hagas, guisantes, alcachofas, cebolla (roja y blanca), colifror, brócoli, fresas, okra (para guisos), grelos y, entre otros muchos, surtidos de coles y lechugas, a los que hay que añadir otros procedentes de tierras lejanas, como productos de Egipto, por poner un ejemplo. También hay plantas aromáticas y productos medicinales, como kivana o karela, del que nos apuntan que es bueno para la diabetes. Se trata de cultivos especiales que recomienda el ingeniero agrónomo Ramón Navia, nativo de Canteras quien surte de productos al televisivo Karlos Arguiñano y que es buen amigo de 'El Baladre'.    

No es un terreno dividido en parcelas en el que cada uno planta lo que quiere. En absoluto, pues así se evita que se repitan muchas plantaciones. Es un huerto de trabajo organizado de forma colectiva y de ahí la gran variedad. "Este huerto es de todos y para trabajar todos", apunta Juani.     

El día que nos adentramos por este huerto están Rafa, María, Ana, Raafat, Carmen, Raúl, Toñi, José Ramón, Pencho, Cari, Miram, Tere, Tabha, Mina, Virginia, Khadija... Las manos femeninas ganan en número, pero aquí no hay diferencia de sexos, todos son uno trabajando la tierra. Por cierto, la cuota por apuntarse a la asociación es sólo de 25 euros por todo el año.    

Ese día toca plantar cuatro clases de patatas. Eso sí, ecológicas, como todo lo que hay dentro de los límites de esta parcela que en su día fue solar y que ahora se ha convertido en zona verde junto a la villa de San Antón y la barriada de la Urbanización Mediterráneo. En marzo llegará el turno para pimientos, berenjenas y tomates, además de ajo de diente de elefante y espinacas. Las plantaciones no se repiten en las parcelas, siendo utilizadas de forma rotatoria para diferentes plantaciones, respetando sus etapas de barbecho cada tres años.    

Por cierto, también se tiene muy presente lo de 'residuo 0', por lo que las malas hierbas que se quitan se dejan secar para después desbrozarlas y utilizarlas para la separación de plantaciones, pues guardan la humedad e impiden que salgan más esas hierbas que no aportan nada al huerto.    


La actividad recorre toda la semana, pero principalmente se centra en los sábados y domingos, que es cuando compromisos laborales y de otro tipo tienen estos huertanos.    

Además, se llevan a cabo talleres dirigidos a los más pequeños, que sirven para que estas nuevas generaciones comiencen a tener contacto con la tierra productiva, y jornadas como las de los viernes con los chavales de 'Autismo somos todos'.    

Las actividades hacia el exterior se amplían en sintonía con la La Coordinadora de Barrios de San Antón y La Urbanización Mediterráneo, dinamizada por la Fundación Cepaim, que nace el año 2000, con la intención de constituir un tejido social en el Barrio estableciendo vínculos entre entidades y ciudadanía, así como con representantes de servicios municipales; y que promueva además iniciativas de sensibilización y de desarrollo social en el Barrio, fomentando la Convivencia y el Encuentro entre Vecinas y Vecinos del territorio. Actualmente participan 33 entidades/asociaciones/instituciones del territorio.

Otro apunte del huerto es que dispone de una especie de aula a cielo abierto para estos grupos, la cual tiene un mobiliario creado de forma artesanal por Pencho con palés de madera.    

Es 'Cultivando San Antón', un movimiento vecinal intercultural que busca una mejora del entorno urbano en el que viven sus usuarios y cultivar relaciones y diversidad a través de la cultura agroecológica y el ecodesarrollo.

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