Cartagena (centro), de flor en flor (II)
La noche del sábado trajo un aluvión de gente al casco histórico de Cartagena, formando una gran ‘macrodiscoteca’ al aire libre entre barras y escenarios, destacando la actuación de ‘Los del Río’ y su más que popular ‘¡Hey, Macarena, ay!', la presencia de cruces representativas de carthagineses y romanos y la gran pantalla para ver el fútbol en la fachada de la iglesia de Santa María. Por cierto, hemos encontrado visitantes que disfrutan 'hablando' después de que se corte la música. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)
Cartagena de Fiestas (Cartagena de Hoy) apuesta siempre por el periodismo de cercanía y le gusta escribir tras estar en el terreno, lo que proporciona una visión más directa, aunque a veces subjetiva por el lugar, hora o marco donde se desarrolle. En este caso, en el de las cruces de mayo del casco histórico de Cartagena (no confundir con el resto de la ciudad, barrios y pueblos del municipio), hay varios enfoques. El más llamativo es que hay mucha diferencia entre la noche del viernes y la del sábado. En la primera tuvieron más protagonismo las floreadas cruces y los trajes rocieros, mientras que en la segunda era más complicada verlos, pues la sensación es el casco antiguo era una macrodiscoteca al aire libre. Muchísima gente, aglomeraciones y lo habitual en estos casos, como son varias zonas que son los habituales 'urinarios públicos' (callejón de la Soledad, el callejón junto a calle Medieras, el pequeño parque de la Autoridad Portuaria...), dejando una fuerte y desagradable olor.
Hubo excepciones, como la cruz del Carnaval, situada junto a Héroes de Cavite, que mantuvo su aroma rociero. También el autóctono y original montaje de los folclóricos de La Palma, pero ellos tienen un artículo propio en este diario. Por cierto, también apuntar que este sábado montaron cruces con adornos representativos el Estado Mayor Romano y los personajes principales carthagineses vía Honderos Baleares.
Los locales hosteleros del casco antiguo (no confundir con el resto del municipio) siguen en una permanente época de 'vacas flacas' (cuando no es por una celebración es por otra), lo que es bueno para sus arcas. En cuanto al tema de los horarios, nosotros ya nos hemos expresado que parece muy pronto cerrar la música a las once de la noche. Así se han manifestado la mayoría de los que estos días están por el centro, pero anoche hubo algunos que nos comentaron que para ellos es un acierto. "Das una vuelta o vas a veer el concierto de la plaza del Ayuntamiento, para después buscar una mesa o una barra para tomar algo. Te cortan la música y luego pasa el tiempo estupendamente en tertulia, cosa que cuando está la música (siempre fuerte) no puedes hacer", apuntaba una conocida. También lleva razón, pues todavía queda mucha gente que le gusta 'cascar' entre amigos y la manía de poner la música ensordecedora lo impide. Por cierto, un buen lugar para hacerlo era el área donde estaba la Cofradía California.
Sigamos. Las actuaciones en los diferentes escenarios (siempre con alguna excepción) han 'molado' y en algunos ha surgido complicidad con los espectadores, al margen de 'Los del Río'. Los sevillanos de la Macarena llenaron la plaza del Ayuntamiento con un público entregado. Por otro lado, resaltar la presencia de una gran pantalla ante una de las puertas de la iglesia de Santa María de la calle del Aire colocada por la juventud california para que no se les fuesen los que querían ver como iba 'su Madrid' (en este lugar hay pocos seguidores del Osasuna) en la final de la Copa del Rey de fútbol.
Hemos expuesto dos ambientes, el nocturno del viernes y el del sábado noche. Hay más, como es el diurno, en que las cruces se convierte en una gran ruta del tapeo y recuperan su ambiente rociero. También los hay (bastantes) que prefieren cada vez más el sol que la luna. Lo bueno de esta época es que no hemos entrado en crisis económica porque el dinero sigue circulando gracias a que son muchos los que salen y gastan, buscando cada uno el marco que más se adapta a sus preferencias o circunstancias. Ganas de fiestas hay muchas. ¡A disfrutar!