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‘Santiago, su navegación y un patronazgo

La llegada del apóstol a Hispania por la costa de Cartahgo-Nova volvió a recrearse en el día de su festividad con la travesía por el puerto en un latino llevado por remeras y la posterior misa en la dársena de Santa Lucía. Esa leyenda de que vino por este lugar es la base de su patronazgo en España.



Santiago el Mayor fue el primero que siguiendo con un mandato de Jesucristo cuando envió a los apóstoles a predicar, vino a Iberia para predicar el Evangelio. Es una creencia que comenzó a extenderse cuando comenzó la Reconquista ante la invasión árabe y que fue cobrando fuerza conforme se extendían los territorios cristianos. Hay varias versiones sobre su presencia en España, siendo una de ellas la de que llegó por aguas de Carthago Nova y que desde aquí fue recorriendo la península hasta llegan al ‘fin de la tierra’ (Finisterre) entonces conocida, regresando después a Judea. Precisamente, esta última versión es la que canalizó que fuese declarado patrón de España. Santiago Zebedeo murió entre los años 41 y 44 decapitado por la espada de Herodes Agripa en Jerusalén. Al parecer, después, sus discípulos lo volvieron a traer a Hispania, pero ya fallecido, siendo enterrado en la actual Santiago de Compostela.



El 25 de julio, nuevamente, se llevó a cabo la recreación de su llegada a Santa Lucía. El apóstol salió desde ‘la cola de la ballena’ en un barco latino llevado por brazos femeninos de remeras del Club Náutico de Santa Lucía. La embarcación de la milenaria vela latina llegó a la dársena de ‘La Isla’, donde tuvo lugar el desembarco ante un multitud, entre la que el grupo de gaiteros ‘Celticue’ ponía música, destacando su versión del himno de España mientras descendía. Por cierto, un año más, no faltó el susto al levantarse la peana en el barco, pues giró hacia la izquierda y alguno lo vio ‘bañándose’. No pasó del susto, como sucede en bastantes ediciones. No fue la única (y accidentada) anécdota, pues después estuvo a punto de incrustarse entre las ramas de uno de los árboles.



Bien, sigamos por el relato desde el desembarco. Tras la navegación, la imagen fue colocada en una peana que llevaron a hombros costaleras de María de los Desamparados del Cristo de la Divina Misericorida (‘Cristo del Lago’). La talla, con el apoyo final de parroquianos y procesionistas, fue colocada en el altar montado bajo la gran cruz de Santiago, donde se llevó a cabo una misa oficiada por el párroco de la iglesia de Santiago de Santa Lucía, Ángel Obradors, y su ayudante en esa labor, además del sacerdote Lázaro Gomariz. Autoridades civiles y militares, además de bastante público, siguió el desarrollo del oficio, tras el cual hubo una pequeña procesión terrestre hasta la parroquia donde se le rinde culto.


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