Las casas y edificios se adaptan a la población mayor en España
España es un país envejecido. El 22,9 % de la población supera los 65 años, un porcentaje que ha aumentado exponencialmente en los últimos años. Por eso, las ciudades deben adaptarse a personas que presentan problemas de movilidad y de autonomía para asegurarles una vida digna.
Esto se concreta en una serie de medidas públicas y de iniciativas privadas que se centran, especialmente, en los edificios de vecinos: cada vez es más común contar con elementos como las sillas salvaescaleras, que ayudan a estas personas a vencer el problema.
¿Cuáles son las medidas o elementos más utilizados en la actualidad para romper las barreras arquitectónicas? Repasamos algunos de los recursos más utilizados en nuestra ciudad.
Sillas salvaescaleras
Las sillas salvaescaleras son unas máquinas muy eficientes, cómodas, seguras y de fácil instalación que se colocan tanto en espacios públicos como en el interior de las viviendas.
Estos elevadores en los que la persona va sentada son ideales por muchos motivos. Principalmente, porque pueden utilizarse de manera autónoma y con la tranquilidad de que no va a haber ningún problema durante el ascenso o descenso a distintas plantas.
Pero además, lo interesante es que este dispositivo que elimina barreras arquitectónicas puede instalarse en muchos lugares en los que apenas hay espacio. También existen modelos que se adaptan a escaleras que giran en su trayectoria, algo que hace unos años sería una opción inviable.
Colocación de rampas
Especialmente en las zonas comunes de los edificios cartageneros se está apostando por la eliminación paulatina de escaleras, en favor de zonas de rampas accesibles para personas en sillas de ruedas.
Las normativas actuales indican que esta adaptación debería permitir el acceso desde la calle al interior del edificio y, después, facilitar el acceso al ascensor o al salvaescaleras para llegar cómodamente a la vivienda.
Además, estas rampas no solo son útiles para quienes van en silla de ruedas; personas con muletas o simplemente vecinos mayores que tienen problemas para elevar las piernas lo tienen más fácil gracias a este sistema de acceso a los edificios.
Ampliar espacios
Por el mismo motivo, al hacer las obras de rehabilitación es importante abrir en lo posible los espacios comunes, ampliar los marcos de las puertas y facilitar la apertura de la puerta de la calle para que estas personas no tengan graves impedimentos para manejarse de manera autónoma en su día a día.
Todos estos puntos, que parecen centrados en los espacios de uso compartido de las fincas de vecinos, también se pueden aplicar a los hogares.
De hecho, existen distintas ayudas nacionales y autonómicas enfocadas a este tipo de obras. Gracias a ellas, propietarios y comunidades de vecinos pueden llevar a cabo proyectos de accesibilidad con una inversión mucho más reducida.
Ponerse manos a la obra no es complicado: existen muchísimas opciones que pueden cambiar por completo una situación de vida difícil por un escenario mucho más positivo para estas personas. Con la simple instalación de sillas salvaescaleras o rampas se puede convertir su vida en algo un poquito más sencillo.