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"En los momentos más duros, nuestros sanitarios han tenido miedo a la pandemia, pero a la vez quería trabajar”

Los responsables del Área II de Salud relatan los quince primeros meses de convivencia con los enfermos de coronavirus. “No sabemos si fuera ha existido el dramatismo que en momentos hemos tenido aquí dentro, pero los trabajadores han ofrecido una respuesta extraordinaria, generosa y desinteresada”, proclaman. El récord estuvo en 304 ingresados y sólo durante unas horas los hospitales estuvieron sin pacientes del COVID-19. Entre los objetivos próximos apuntan recuperar una plena presencialidad en la atención y salvaguardar la estructura hospitalaria conseguida.



Aprovechando la comunicación oficial de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena y Comarca a todos los trabajadores relacionados con el Área II de Salud por su contribución laboral a hacer frente a la pandemia, este periódico tuvo la ocasión de conocer, de forma somera, algunos detalles de cómo han transcurrido los quince primeros meses de pandemia en el mundo sanitario más cercano al foco a través de las manifestaciones de José Francisco Sedes Romero, director gerente del Área II; María del Carmen Santiago García, directora-médico del área; José Carlos López Lacoma, gerente del Hospital del Rosell; Juan Antonio Sánchez-Castañol Conesa, director de Enfermería; y Francisco Pellicer, director de gestión. En algunos de sus comentarios se apreciaba mucha emoción por lo vivido.

“Nuestros profesionales han tenido miedo, pero a la vez querían trabajar”. La frase pronunciada por José Sedes plasma el riesgo de la situación y el espíritu colectivo de ayudar a los demás. “No sé si se ha vivido fuera el dramatismo que en momentos hemos tenido aquí dentro, frente al que los trabajadores han ofrecido una respuesta extraordinaria, generosa y desinteresada”, apunta José Carlos López, para a continuación exponer los presentes algunos ejemplos de esa entrega, como personal de limpieza que se ofrecía a apoyar en otras zonas, ofrecimientos de ayudar de todas las áreas, jefes acudiendo los domingos, jubilados que se ofrecían a ayudar, etc. “Hemos tenido de ver como muchos se colocaban voluntariamente en primera línea, demostrando lo vocacional de sus profesiones”, expresan.

Ahora vamos al capítulo cronológico de las famosas ‘olas’ de contagios. “En la primera el problema fue la ignorancia ante una nueva situación y el ansia de no saber cómo proteger a todos”. La segunda fue suave, pero la ‘gran ola’ fue la tercera. “Hemos llegado a tener picos de 304 personas ingresadas en enero en el hospital con 72 enfermos críticos y hemos acogido a pacientes de otros hospitales, siempre dando una muy buena respuesta gracias a la solidaridad de los trabajadores, que han hecho más de lo que estaban obligados”, indican. Se llegaron a utilizar diez planas (siete en el Santa Lucía y tres en el Rosell) con enfermos, “había que abrir camas todos los días” y siempre temiendo que la situación no llegase a desbordarse. También destacan la transformación interna de la instalación en todos estos meses. “Le hemos dado la vuelta al calcetín para adaptarlo a la pandemia ya sea cerrando unas áreas para habilitarlas para los enfermos como con otras medidas”.



Los hospitales del complejo del Área II de Salud han acogido más pacientes de COVID-19 en UCI (incluso de otros municipios) que la Arrixaca, cuando siempre la sensación ciudadana es que el hospital de Murcia es el centro de referencia regional. “La verdad es que estamos orgullosos de nuestra gran respuesta”, proclaman. Hay que indicar que el trabajo también se extiende a las residencias de personas mayores que son controladas desde el Área II de Salud.

Sánchez-Castañol también quiere resaltar que la administración regional “ha estado volcada en todo momento y ha atendido todo lo que hemos pedido”. Más adelante conocemos que hasta diciembre de 2020 se había contratado casi a un millar de trabajadores y gastado en este capítulo unos veintiseis millones de euros.

Ha sido un derroche laboral tanto de sanitarios como de no sanitarios, pues en todo momento se hace hincapié en que para los de primera línea ha sido fundamental lo que han hecho otros por detrás, “realmente, sin ese trabajo no hubiera sido posible la gran labor sanitaria”.

Aunque en los últimos días han aumentado los casos de coronavirus debido a la irresponsabilidad de los jóvenes, menuda diferencia de los momentos en que estaban hospitalizadas más de trescientas personas con la situación actual, con sólo seis pacientes entre camas de la unidad 42 y cuidados intensivos. Hubo un día en junio que, por vez primera desde el inicio de la pandemia, no llegaron a tener a enfermo alguno de coronavirus, “aunque esa situación no llegó a alcanzar las 24 horas”, apunta Carmen Santiago.

También hay satisfacción de cómo se han llevado a cabo las medidas de seguridad dentro de las instalaciones sanitarias de su competencia. Incluso, el modelo de protocolo covid ha sido modelo regional para otros centros. “El noventa por ciento de los contagios sufridos por el personal han tenido un origen externo. La gente ha tenido miedo, pero pensamos que se ha sentido protegida”, resaltan, además de reconocer que reconforta “sentirse útil y valorado por los compañeros y por la sociedad”, en referencia al galardón concedido por los vecinos. También indican que el 97% de los profesionales sanitarios del área están inmunizados actualmente.

También hablaron de la respuesta ciudadana. “La población ha aceptado las medidas y nosotros hemos sentido que, siempre hablando en general, ha existido mucha responsabilidad y solidaridad en los vecinos de los cuatro municipios que abarcamos, al igual que en empresas y en gente anónima. Dentro del sufrimiento de esta situación, la pandemia ha sacado lo mejor de muchos y hay que estar muy orgullosos de ellos”, afirman.

Ahora llega otro escenario, pues los índices de contagio han bajado mucho, pese a que los últimos días registran un repunte protagonizado por jóvenes que se han contagiado. Tras acometer el plan de verano, el objetivo es recuperar en lo posible la situación previa al COVID-19, “pues los ciudadanos se lo merecen”, apuntan. En este terreno les comentamos que los residentes en las diferentes poblaciones tienen la sensación (así nos lo han hecho llegar varios) de que el regreso a la presencialidad va excesivamente lento. José Sedes asiente, para a continuación comentar que el plan que preparan pretende esa normalización. “Nos preocupa conseguir la plena presencialidad en este nuevo escenario porque los vecinos se lo merecen, y tienen ese derecho, y porque nunca la asistencia telefónica o telemática sustituye la presencialidad”, expresa, añadiendo que cuando se estaba en fase roja fue muy duro, “pero ahora todos los centros están en nivel amarillo, salvo tres en fase verde”. Sí matiza que entramos en tiempo de vacaciones de trabajadores, “que se las merecen”, por lo que se trata de conseguir ese “merecido descanso con la mejor asistencia a los usuarios”.

Cuando hablamos con los responsables sanitarios aún no se conocía que se ha cerrado la unidad de semicríticos del Rosell, como ha denuncia PSOE Cartagena. Entonces indicaban que el objetivo era mantener la estructura sanitaria conseguida, incluida la UCI del hospital del paseo de Alfonso XIII. “El coronavirus ha supuesto avances que debemos aprovechare y prolongar”.

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