‘Primeras calidades festeras’
"Carthagineses y Romanos han decidido, por mayoría de 4 a 1, la mudanza del ‘alma’ de sus fiestas, el campamento. Es una decisión transcendental en el futuro de la fiesta cuyas consecuencias se sabrán con el paso del tiempo. No se ha tomado pensando en un avance positivo en su evolución, sino valorando qué alternativa era menos perjudicial. Ahora deben ser celosos en tener lo mejor en su ‘nueva casa’, pues si para ellos era una opción el traslado, es una necesidad para la venta de casas en el entorno de donde todavía está la gran aldea.Es evidente que no se venden igual, ni por lo mismo, viviendas en frontera con unas grandes fiestas que sin ellas. Ahí tiene que estar la baza de tropas y legiones para exigir unas ‘primeras calidades’, como cualquiera que cambia de casa para mejor, o por lo menos así lo parece o se pretende dar a entender.
Ha sido la primera vez que la decisión ha estado en mano de los festeros, pues cuando se pasó en el Año II del muelle al Parque de Artillería y cuando al siguiente el traslado fue junto al entonces Pryca eran más bien decisiones municipales ante el crecimiento de la fiesta. Ahora es porque el campamento se quedaría huérfano de su feria de atracciones, cuyos ingresos cubren un 30% de los gastos de cada edición, según nos han comentado. Quedarse suponía reducir el volumen de las fiestas actuales, especialmente en el esplendor de los actos oficiales, que son el escaparate hacia el exterior. Marcharse es apostar por un nuevo entorno un poco más alejado del centro histórico.
Las fiestas están muy bien como están. Sin embargo, se sabían que los terrenos del entorno son de Tomás Olivo y que cuando el poderoso empresario dijese ahí voy, el campamento y el parque Antonio Vallejo se quedarían como la aldea gala de Astérix y Obelix junto al estadio de fútbol. Por tanto, Olivo ha movido ficha y todo el tablero festero se ha alterado, planteando el Ayuntamiento un ‘puente de plata’ como alternativa. ¿De verdad lo es? Aunque luego vendrán los seudoprofetas que ‘a toro pasado sabían lo que iba a ocurrir’, ahora mismo es una incógnita. Una opción puede parecer menos mala que otra o viceversa, pero no se puede vaticinar nada. De ahí que sean tan razonables los que han votado ‘sí’ como los que no han depositado el ‘no’. Lo que sí me ha parecido es que todos han sido muy conscientes que en esas papeletas había mucho en juego y que todos han tratado de ser tremendamente responsables. Sin saber lo que pasará, ‘chapeau’ por todos.
Bueno, el caso es que se ha votado, que Olivo ya está levantando casas y que parece que para 2023 será el traslado, cuando no antes, pues parece que en este asunto (a diferencia de otros muchos del municipio) sí hay velocidad en la ejecución. Como decía al principio, si hay prisas por salir de la actual casa, que se exija hasta el último detalle unas primeras calidades en el nuevo domicilio.
Es mi opinión. Estoy en las fiestas desde 1990, siempre difundiendo su actividad al exterior, pero que también ha servido para crear vínculos de amistad con muchos festeros (para mí, lo mejor), pero nunca he sido integrante de grupo alguno. He visto pasar a muchos dirigentes y a más soldaditos de trinchera, además de contemplar como estas fiestas subieron como la espuma, se desinflaron algo y volvieron a tener muchas burbujas con el relevo generacional. No tengo el derecho de decidir, pero sí de opinar (y hasta de equivocarme) desde mi particular perspectiva sobre un asunto en el que, creo, entre la decisión A y la B no existe (para el festero) un veredicto ‘ferpecto’.
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